ESCUDO DE ZAFRA

sábado, 4 de octubre de 2008

LAS ATLANTIDAS


“Las Atlántidas son las culturas sumergidas o evaporadas.
Ellas representan el fenómeno más sorprendente de la historia.
Hace un siglo, nadie hubiese aceptado seriamente la posibilidad de que pueblos un tiempo poderosos, creadores de culturas completas, causantes de grandes acciones y reacciones históricas, hubiesen llegado a borrarse en la memoria humana, a desvanecerse como fantasmas y vagos espectros. Se creía que, con más o menos detalles, era completamente conocido el elenco de civilizaciones humanas. Sin embargo, el descubrimiento de los pueblos prebabilónicos, sumeros y acadienses abrió un portillo a las más extrañas posibilidades...

Tales resultados han convertido la excavación en un acto mágico. Es una nueva e inesperada forma de agricultura. Se cava para recoger cosechas sembradas hace miles de años... Si se nos deja, haremos del mundo un agujero”.


(J. ORTEGA Y GASSET. Las Atlántidas)

LAS FORTALEZAS DEL CASTELLAR

Castellar, deriva del latín Castellum “fuerte, reducto,” diminutivo de Castrum, “campamento fortificado,” “fortificación”.

Y ciertamente en la cima de este sierra del Castellar existían dos fortines antiguos, del cual hoy en día tan solo quedan sus ruinas esparcidas por el agreste paisaje rocoso de nuestra sierra o farallón cuarcítico del Castellar, cuna de nuestra civilización, se diga o digan, esas mentes que tan solo quieren vendernos como única cuna a la época medieval o lo que es lo mismo a los Duques de Feria, grosso error para las futuras generaciones que se ven a encontrar a una Zafra sin historia, sin raíces, supongo que el tiempo es el jurado más fiel y él juzgará.

Decía el presbítero zafrense D. Manuel Vivas en su libro “Glorias de Zafra”

Zafra, gran ciudad, población amena y muy hermosa, gloria de España, y patria de grandes y muy esclarecidos varones, fue fundada según dice Reyes Ortiz de Tovar en unión de otros muchos historiadores, por los celtas, quinientos ochenta años antes de la humana redención. Estando de acuerdo todos los autores en su origen céltico. (Como opinión personal no iban mal encaminado, tan solo que este servidor no va ha entrar en el tema de su fundación, no es lo pretendido en este artículo, revistas y años habrá para rebatir o afirmar).

Nos sigue hablando en su libro, ahora de la conquista y colonización de nuestras tierras por los romanos, los godos, de estos últimos dice en el año 411 los vándalos, los alanos, los suevos y silingos descendieron sobre el mundo romano como una tormenta asoladora derribando todas las fortalezas y castillos que Roma levantó. (parte de razón llevaba en dicha alusión, tan solo que generalizaba, y es más me atrevo a decir que desconocía la segunda fortaleza romana del farallón rocoso del Castellar, y aludiendo en su libro a las ruinas del que fue levantado por lo árabes encima de un baluarte romano.

Sí amigos lectores, entusiastas y curiosos de la historia antigua, en nuestro farallón cuarcítico existieron dos fortalezas, fuertes, reducto- (Castrun” o campamentos fortificados de época Prerromana y Romana, lo atestiguan la gran diversidad de muros, torres, ruinas, etc, esparcidas y camufladas entre el agreste paisaje del Castellar a la espera que algún día puedan resucitar de sus cenizas milenarias y soterrar de una vez la falacia medieval. Zafra se enriquecería culturalmente hablando al ofrecer otra perspectiva histórica “su verdadera cuna histórica, El Castellar” a la vez que proteger.

Explicado más o menos mi intención de concienciar y abrir las mentes obtusas... y con la esperanza...que algún día llegue un MECENAS, “aunque sea inglés o norteamericano) para darnos una lección del interés por la historia antigua, sin ser la suya.

He comentado los fortines Prerromanos y Romano, los menos conocidos así por encima tiempo habrá..., que les parece a Ustedes comentar la fortaleza del Castellar, perteneciente a la Kura (provincia) de Mérida, con el nombre de Sajra Abí Asan, y con el sobrenombre de “el pitón” esa gran fortaleza olvidada y al alcance de todos.

Parece ser que dicho castillo se levantó según datos, sobre los años 1030 a 1045 (libro el Castillo del Castellar, por Antonio Salazar Fernández- año 1955)

Para tener una confirmación o hipótesis más precisa hay que remontarse a un célebre geógrafo hispano – musulmán del siglo XI, llamado al-Bakri, el cual cita en su MASÁLIK, escrito en el año 460 de la hégira, que corresponde a los años 1067-68 de los cristianos, citándolo como he dicho anteriormente ha uno que formaba parte de la KURA.


DESCRIPCIÓN

Durante años esta fortaleza me ha fascinado por sus misterios que va más allá de la pura inventiva o leyenda, que nos han querido hacer ver los eruditos o ignorantes de cualquier época, en vez de hacer algo con más rigor de campo; que ha la postre es de interés general, didáctico, cultural e histórico. Aquí en este pequeño artículo no me voy a extender más que lo medianamente informativo o sensitivo, el resto quedará para venideros años, queda en Zafra mucho por hacer.

La planta del Castillo o fortaleza, es de forma casi rectangular, por la parte saliente que corresponde donde están las piedras, estas mismas por su altura ya hacían de obstáculo o murallas naturales, tan solo en algunos puertos o mellas se hicieron murallas para proteger esos flancos supuestamente más débiles, por otro lado sus defensas debían de ser fantásticas como se puede observar en la foto de la maqueta, su perímetro estaban compuesto por unas fuertes murallas de piedras con cal, (oppido) con un ancho de dos a cuatro metros, secundando ha estas murallas nos encontramos cinco potentes Albarranas (torre defensivas de gran potencia) así como de diferentes medidas, en el interior del recinto nos encontramos una gran torre, que hemos de suponer debía de ser la torre de Homenaje, continuando dentro del interior se observa también algunas murallas internas, y dos garitas de vigilancia muy próximas ha la gran torre de homenaje, una habitación soterrada, a la cual siempre se le ha llamado “Cueva del Moro” e incluso también cárcel o mazmorra; todo supuestamente con esos usos pero a la vez lejos de la realidad o finalidad...¿?.
Ha todo esto tengo que añadir, como seguirán viendo en la maqueta unas casas o habitáculos con cuatro apartamentos internos y un pasillo central, que sería donde acogería a los residentes de dicha fortaleza.

Hasta aquí este trabajo que ha durado muchos años de patear y trillar el Castellar para que Ustedes puedan conocer algo más de la historia “bastarda” de Zafra y de este castillo – fortaleza, olvidado que aun ha este servidor le trae de cabeza y le queda mucho por definir.


Tiempo al tiempo, el agua y el aire arañan a la roca día a día, dándole formas sugestivas y atractivas.

LAS SEGEDAS DE HISPANIA

Diferentes consideraciones hay que tener en cuenta con arreglo a las noticias que nos trasmitió Plinio, en su obra Naturalis Historia, escrita a mediados del siglo I d. C. Y en buena medida contemporáneo a otros autores anteriores.
La obra de Plinio se considera la más precisa y completa para el conocimiento del mundo prerromano del Suroeste Peninsular. A esto se puede citar dos fuentes a dichas observaciones en su magistratura en la Hispania Citerior le proporcionase, Terencio Varrón para sus descripciones geográficas y Marco Vipsanio Agripa también en sus relatos de los pueblos y localidades.
[1]
A todo esto cabe citar, que Plinio en el uso de las fuentes usadas para escribir su obra, las hay con graves errores, herencia de descripciones mucho más antiguas, como ejemplo de narración de las costas atlánticas el cual Plinio “El Viejo” corrigió y comprobó “in situ” durante su estancia en la Hispania, se puede observar en un conocido y rico párrafo los oppida, pueblos, creencias y costumbres de la Beturia:
[2]
<
[3]
Étnicamente está habitada por dos pueblos de diferente origen o contexto cultural: célticos y túrdulos.
Los célticos ocupan el sector occidental de la Beturia hispalense o cordubensis, aunque por razones políticas estén adscritas a ellas. Por tanto la Beturia se describe a continuación y no dentro del convento hispalense. Los célticos han llegado de Lusitania y tienen creencias, lengua y toponímia idéntica a los de los Célticos, por lo que se le supone este origen:
Los oppida, de la Beturia Céltica son “Seria, Fama Iulia” ”Nertóbriga, Concordia Iulia” y “Contributa Iulia Ugultunia, ¿Medina de las Torres, o Fuente de Canto? (por la aparición de unos restos epigráficos con la misma cognomina a la aludida en termino de Fuente de Cantos) Estos poblados se diferencian de los restantes de la Bética por su cognomina “Ilulia” ya que debieron ser definitivamente integrados por Cesar en el sistema jurídico romano y por sus nombres de clara ascendencia celta.
[4]
La identificación de las citadas localidades en ciertos casos no están exentas de alguna dificultad por la falta, escasez y aportes epigráficos de precisión; una de estas localidades es SEGIDAE Restituta IULIA: Esta localidad es una con más incógnitas a la hora de su localización., no obstante no debería de serlo, pues se prevé que son varias en diferentes puntos geográficos, como veremos más tarde.
Por tradición, y como ya se ha expuesto desde (Rodrigo Caro) se ha admitido la ciudad de Zafra, como la citada “SEGEDA” en la misma comarca del río Ardila y que cumple con perfección los requisitos en la ubicación de esta Beturia de los Célticos.
[5] Otras localidades con incógnitas son: Seria, Fama Iulia: García Iglesias, Albertini y García y Bellido la creen en Jerez de los Caballeros[6] No aceptándola Marchetti, que la ubica en Moura (Portugal, 1917, 347). Contributa Iulia Ugultunia: Situada por Albertini en Fuente de Cantos (Badajoz), a raíz del hallazgo de una inscripción que se lee PATRIA CONTRIBUTENSI, término este último que se repite en otro epígrafe encontrado en la vecina Medina de las Torres. (Ese caso es similar al epígrafe encontrado en su día en Zafra[7]
Una inscripción con el patronímico de Segedensis (ya citada) fue la principal prueba, otro epígrafe de similar características fue hallado en la ermita de la Virgen de Cala (Huelva) en el cual el texto muestra con claridad los cognomina latinos aunque no con el nombre indígena que se supone en SE NTIA. Esta ubicación, al sur de la cuenca del Ardila, no alejada de Nertóbriga es bastante congruente
[8], otro lugar propuesto por González y Pliego es el cerro del Castillo, un yacimiento romano al NE, de Gerena (Sevilla). A todo esto cabe citar que estas localizaciones propuestas por estos autores, rompe la armonía geográfica de las ubicaciones de las poblaciones betúricas expuestas por Plinio.
Según lo expuesto es más lógico y razonable poder considerar el emplazamiento de SEGIDA EN ZAFRA, en la cual durante el año 1987 se realizó una campaña de excavación de urgencia al lado de la ermita de Belén, donde se localizó un importante poblado protohistórico, con estratigrafía desde el siglo IV al I a. C.[9]
Así como de igual importancia o más si cabe decir, los emplazamientos situados en la Sierra del Castellar de Zafra,”donde hasta la fecha no se ha realizado ninguna excavación, y decir que los restos diseminados están al orden del día y pillaje de los piteros…” ya expuesto en el libro “La Sierra del Castellar” (la historia oculta de Zafra) de Francisco Guzmán & José Antonio Amador,- y en su día también fueron estudiados por Diego Muñoz.

Sobre el topónimo de SEGIDA (en otro artículo me explayaré más sobre este topónimo tan peculiar), muestra uno de los radicales más frecuente de la onomástica céltica y germánica: SEGHI – “Vencer”, cuya repartición en topónimos es tan abundante como significativa
[10]. Existiendo otro topónimo similar en la región de Segovia, en Elvas, donde existe un importante poblado prerromano.[11]
A esto expuesto podemos decir que, en la antigüedad hispana fue muy frecuente la repetición de los nombres de las ciudades, por ello el caso de Segeda, cuyo topónimo se encuentra en otras ciudades hispanas, no fue excepcional. A juicio de Villar la etimología celta de dicho nombre debió tener un significado relacionado con el concepto de «la poderosa» Por tanto según mi propio criterio y visto lo anteriormente expuesto y según la etimología del topónimo Segeda, que es una radical frecuente en la onomástica celtica y germánica, Seghi “equivalente a vencer y poderosa, tan común en la personalidad aguerrida de estas tribus, por tanto no hay porqué extrañarse que existan repartida por la Hispania de entonces (y restos en la actualidad por descubrir) infinidad de Segedas, y evidentemente cada una con su personalidad, ubicación, e importancia. Y nuestra Zafra es una de ella, junto con otras localidades cercanas, con este topónimo, como pueden ser: Burguillos del Cerro, Ermita de la Virgen de Cala (Huelva) Valencia del Ventoso, y otra reciente como Feria, etc., otra Segeda es el nombre de una ciudad celtibérica, citada por los escritores grecolatinos Apiano, Diodoro y Floro, como ciudad de los belos en los acontecimientos del 154 antes de Cristo que serán desencadenantes de la guerra numantina. Quedando patente la importancia política y económica que alcanzó Segeda, de hecho, los datos de las fuentes escritas han llevado a identificarla como capital de los belos, etnia que se extendía desde el Jalón Medio hasta el Aguas Vivas, ocupando la parte más oriental de la Celtiberia. Otros yacimientos existentes es en Mara (Segeda I) y Belmonte de Gracian (Segeda II). Posteriormente Estrabón se refiere a Segeda, al mencionarla junto con Pallantia, como perteneciente a los arévacos. Con respecto a las Segedas hace referencia Esteban de Bizancio que en su obra del 530 después de Cristo sobre nombres etnográficos identifica Segida como ciudad celtibérica. Con este mismo topónimo existen otras tres ciudades hispanas, citadas por Plinio y Ptolomeo como existentes en la etapa alto imperial: Segida Restituta Julia en los célticos; (Zafra) Segida Augurina de los turdetanos y Segida de los túrdulos. También se relaciona una cuarta, la bastetana Segisa, sobre estos topónimos ya se ha hecho referencia.

En el siglo II a C. se realiza la Conquista romana de la Beturia, esta se llevo a cabo tras las guerras lusitanas (147-139 a C., si bien esta zona siguió siendo inestable y, en el siglo I a C. fue escenario de los conflictos civiles romanos: Las guerras sertorianas 82-72-a C. y las luchas entre César y Pompeyo (49-44 a C.) A lo largo de estos siglos II-I a C. es cuando surgen la mayoría de los oppida de la Beturia.
En la Céltica, destacaron como se ha observado antes: Sería, Nertóbriga, Segida, Curiga, Contributa…
Por su parte en la Beturia Túrdula fueron célebres los oppida de Arsa, Mellaria, Miróbriga, Regina y Fornacis.

Ahora me van a permitir Ustedes que haga una repetición de parte de un texto del artículo del año pasado en esta misma revista con el titulo “EL CASTRO U OPPIDO DEL CASTELLAR” de este mismo autor. La idea de repetir, no es otra que concienciar, al ciudadano de a pie, y autoridades…más o menos competente…pues es evidente, que Zafra, no hace nada en este plano de la Arqueología, cuando cualquier pueblo por muy pequeño que sea, se vuelca con su historia, sea la que sea, a los hechos me remito, así también como decir, que Zafra, ha tenido varias oportunidades, muy mal aprovechadas, y hoy en día, nuestra localidad podría presumir de un gran centro de interpretación arqueológico, con los restos, o reproducciones de la Ermita de Belén, Torre de San Francisco, y Madre del Agua… (donde están los restos y por que no se han solicitado unas copias…) que junto al museo de Santa Clara, y por que no, el Museo de Nuestra Señora de la Candelaria, serían un atractivo de primer orden, por tanto desde estás páginas, espero se tome conciencia, y en breve…(todo está en marcha…) nos podamos sentir orgullosos que la Cuna de Nuestros Orígenes, “El CASTELLAR” sea desvelado, que así sea, y el futuro de nuestros hijos la nueva generación, se encontrará una Zafra, donde corresponda en la historia, su historia, que la tiene y propia.
A todo puedo exponer a titulo personal, y con plena conciencia que hay mucha gente de la misma opinión, a la referencia que cito: Zafra, o mejor dicho desde su muros para dentro “intramuros, antiguas murallas” está muy pateado, al repetirse con mucha asiduidad, lo mismo, “la Villa de los Figueroa”, la pregunta es hasta cuando va a durar este reinado…a lo sumo, unos años… y creo conveniente una visión más amplia, (o/y, compartir…) por eso es necesario abrir una de las siete puertas de las murallas…y salir ahora a “extramuros” conocer los ORÍGENES DE ZAFRA, tantas veces dicho por este investigador…hasta la saciedad, y estar ya aburrido de la apatía de Zafra.


Para terminar, tengo que decir que el farallón cuarcítico del Castellar puede convertirse en un centro arqueológico y de interpretación de interés cultural, turístico y económico de primera importancia, como otros tantos pueblos que si valoran su historia antigua, por citar: Fuentes de León, (sus cuevas, exploradas por el “Grupo CAEM de Zafra desde el año 1985, y el descubrimiento de la llamada Cueva de Masero” con restos desde el Paleolítico hasta época Romana en excavación, y un nuevo proyecto, la restauración de su Castillo musulmán llamado “El Cuerno” Higuera la Real, el yacimiento Celta Castrejón de Capote, que es un poblado prerromano de los mejores conservados. (En breve nueva campaña de excavación) y también se hace referencia a Segeda (Zafra) Ribera del fresno con su centro de interpretación del yacimiento arqueológico de hornachuelos, Oppidum romano del siglo III a C. al I d C. donde está el plano de Segeda “Zafra” - Fuente de Cantos, su poblado prerromano de los Castillejos, Burguillos del Cerro, con su pequeño museo etnoarqueológico… Medina de las Torres, en breve excavaciones en el paraje denominado “Los Castillejos, o Los Cercos” donde está ubicada según…Contributa Ilulia Ugultunia, Zalamea de la Serena, el Santuario Cancho Roano, de extraordinaria belleza e importancia, las pinturas Rupestres Esquemáticas de Hornachos y Arroyo de San Serván, Los Santos de Maimona, con su pequeño museo arqueológico de restos de una Tumba en Cista y objetos del Castillo,(que data de la Edad del Bronce) y así infinidad de ellos.- por tanto, se nos presenta una oportunidad emblemática, rica, y bella,- ante la misteriosa sierra del Castellar que, sin dudarlo, hemos de hacer lo imposible para abrir otros caminos culturales y no quedarnos a la deriva en los mares embravecidos de la historia. los segedanos han de sentirse orgullosos de que sus verdaderos orígenes procedan de la sierra del Castellar,-por nuestras venas corre sangre de aquellos seres del Paleolítico en busca de nuevos parajes, de hombres del Calcolítico y Edad del Bronce asentados en estas tierras, también y como no, de los Celtas de la Beturia de Plinio el viejo, el caudillo lusitano Púnico y su sucesor Caisaros, que saquearon en el año (155 a C. ) tierras y ciudades de los valles del Guadalquivir y Guadiana, que tras dos años de conflicto con los romanos les hicieron perder quince mil hombres, de un joven pastor y guerrillero también caudillo lusitano llamado Viriato, en sus correrías por estos terrenos, al cual los historiadores romanos no dudaron en considerarle “Romulus Hispaniensis” el cual venció a cinco generales. De las cohortes y legiones romanas del cónsul Junio Bruto en su pacificación del territorio del Algarbe portugués a la Beturia, donde fundó Brutobriga de ubicación desconocida, y que duró entre cinco y seis años. Los exsoldados de las legiones del emperador Augusto, que en premio a sus 25 años de servicio militar les fueron concedidas parcelas de tierra en nuestro territorio ya pacificado y romanizado. A las huestes Aftasíes, Almorávides y tropas Almohades, representando hasta lo que hoy somos, un crisol de civilizaciones, observante del paso del tiempo y de nuestra historia. Por tanto a ella hay que recurrir para conocer los orígenes de la villa de Zafra y sus oriundos, que un día bajaron al valle...o también estaban allí.



JOSÉ ANTONIO AMADOR REDONDO



“El pueblo que no conoce su historia está condenado a repetirla”


[1] Schulten. 1959. 138
[2] Berrocal Rangel Luis. Los Pueblos del Suroeste de la Península Ibérica.
[3] Plinio Secundo Cayo. “El Viejo” Historia Natural, III.
[4] Untermann, 1961, 18
[5] Iglesias García. 1971, 90,91
[6) Iglesias García. 1971, 89,90
[7] Salazar Fernández Antonio. El Castillo del Castellar. Año 1955
[8] Luzón. 1978, 290 y 307
[9] Rodríguez Día Alfonso. La Ermita de Belén. Zafra.
10] Untermann. 1961, 18-19 y 34-35, K: 19; Albertos, 1966,201

[11] Gamito. 1988

viernes, 3 de octubre de 2008

EL CASTRO U OPPIDUM DEL CASTELLAR

Desde el año 1901 en que vio la luz aquel libro llamado “Glorias de Zafra” hasta la actualidad, han pasado 105 años en la historia de Zafra, donde ningún autor coetáneo ha tenido el valor u osadía de pasar en sus escritos más allá dela época agarena, y posterior reconquista; empujando a Zafra y sus villanos a un pueblo sin historia antigua, un pueblo según quién, roto en los anales histórico por el capricho de una pluma mal orientada y mente conservadurista “grosso error”, los anales histórico del pueblo de Zafra como bien se ha dicho se remontan a los más remoto de la prehistoria, o mejor dicho donde nos empezamos a forjar para continuar el camino recorriendo saltos culturales y llegar hasta hoy mismo.
Tan solo D. Manuel Vivas Tabero en su obra tuvo la osadía de aludir los orígenes de nuestro pueblo más allá del medioevo, y no estaba equivocado como veremos. En su libro en la página 93 – capítulo V, en su artículo primero “ORÍGENES DE ZAFRA” nos habla de los celtas: según dice Ortiz de Thobas en unión de otros muchos historiadores, por los celtas quinientos ochenta años antes de la humana redención. ¿de donde sale esta información que otros autores no han recogido o no han sabido...? a todo esto hemos de pensar que dicha información existía, tan solo que no se utilizó, dándole más importancia a otras épocas.
Pérez Quintero decía que dicha región era inmensa y como sabemos por otros historiadores y este citado, se hallaba comprendida entre los ríos Baetis y Anas (Guadalquivir y Guadiana) desde los puntos en que ambos ríos entran en el mar hasta los contrapuntos de Andujar y Medellín, describiendo Plinio a esta comarca como la Baeturia, dividida en dos partes: los célticos al oeste, limitando con Lusitania y adscritos al Convento jurídico de Hispalis (Sevilla) y la de los Túrdulos al este, fronteros al norte con Lusitania y por el este a la Tarraconense, y sujetos al convento de Corduba (Córdoba).

Plinio dejó escrito en su libro tercero de Naturalis Historia los siguientes textos: “Quae autem regio á Baeti ad fluvium Anam tendit, ext preadicta, Baeturia appellatur, in duas divissa partes, totidemq gentes: Celticos qui Lusitaniam attingunt, Hispalensis convent Turdulus, qui Lusitaniam et Tarraconensem accolunt jura Corduba petunt. Celticos á Celtiberis ex Lusitania advenisse manijut tum est, sacris, lingua, oppidorum vocabulis, quae, cognomini ín Baetica distinguntur; Seria, quae dicitur Fama Julia; Nertobriga, Concordia Julia; Segeda, Restituta Julia; Contributa Julia, Ugultiniacum, quae et Curiga nunc est, Laconimurgi, Constatia Julia; Siarensibus, Fortunales, et Callensibus Aeneanici.” Todo esto relacionado a los celtas, también se remonta a los romanos en Zafra según sus crónicas; al repasar sus hojas nos hace alusión, quedándonos un poco perplejo al citar que en las inmediaciones de Zafra, la construcción de un circo, según Rodrigo Caro con una inscripción que Hubner marca con el número 984. he aquí la inscripción:

L. VALERIVS . AMADVS
ET . L . VALERIVS . LVCVMO
PODIVM . IN . CIRCO . P . DEL

OB . HONOREM . IIIIII . VIR
EX . DECRETO . DECVRIONVM
D . S . P . F . C.

Lucio Valerio Amando y Lucio Valerio Lucumón cuidaron de hacer a sus expensas un podio de diez pies en el circo, agradeciendo el honor del sevirato que por decreto de los decuriones les fue conferido.

Respecto al circo no se sabe con certeza su ubicación, así como que las medidas del podio no era de 10 pies, sino de 600 pies según Mommsen.
Siguiendo con las lecturas de sus párrafos nos habla que los nuevos dominadores los romanos, construyeron palacios, almacenes, templos, y para este investigador lo más asombroso y curioso fue la construcción de una “fortaleza” “fuerte” en algún agreste de Zafra. ¿? En mi mente bullía la idea, ¿si fuera cierto? Sería un gran paso histórico en la historia de y para Zafra, los coetáneos actuales no tendrían razón, las pruebas serían palpables, y la revisión no daría lugar a dudas para las futuras generaciones.
Mientras tanto ávidamente continuo devorando hojas hasta llegar a la página 109 en su artículo 4° dedicado a los “árabes” donde mí alegría no tiene limites al poder leer; reproduzco las líneas exactas: El castillo romano que existía sobre las cumbres del Castellar, fue destruido en gran parte por los godos, pero sus ruinas levantaron los árabes otro más amplio y extenso para que les sirviese de defensa desde una sierra tan alta y escarpada como era la del Castellar.
[1] A todo esto surge la pregunta eterna, de donde había salido dicha información, en que legajos estaba, que efecto causo en su época, quedando claro que D. Manuel Vivas se limitó a exponerlo y casi con el convencimiento de su existencia, pero sin verificarlo, la prueba está en que años más tarde otro investigador D. Antonio Salazar, al hacer su croquis del baluarte árabe, no haga alusión al tema. Las claves de todo creo que está (según mi teoría)[2] que ciertamente los vestigios existían a la vista, y con toda probalidad en mejor estado que ahora, tan solo que la visión histórica era como la actual “árabe”, otro ejemplo podía ser el vago entendimiento de las cerámicas repartidas por todo el lugar, y para terminar y esta hipótesis es clave; que todos los restos de lienzos de murallas, torreones, casas, cabañas, etc. Fueron confundidos con la misma época agarena, incluso me atrevo a decir que allí nunca existió ningún pueblecito con el nombre de zafrilla.[3]
El Castro u Oppido de grandes dimensiones, fue ocupado y posiblemente restaurado por otras culturas y gentes nativas del lugar con diversos fines, probablemente, ganadera y agricultura
[4] hasta que posteriormente se bajó al valle actual, quedando aquel lugar relegado y para otros usos como los citados; de echo existen noticias documentadas que después de la guerra civil se repartió parcelas en la sierra del Castellar entre la gente para su explotaciones diversas.

Como se ha explicado en otro capítulo el farallón cuarcítico de la Sierra del Castellar tiene una largura de + ó – 3´5 Km. Se define como Castellar y Castellar Viejo, este último con otras acepciones, dicha sierra es cortada en un puerto por el Camino del Colorado que une a dos poblaciones, Zafra – Alconera, en su parte oriental existe un Castro u Oppido de grandes proporciones; como se sabe oppido y castro genéricamente se define por igual.

Castro: proviene del latín CASTRUM “Campamento fortificado”
Castillo: del latín CASTELLUM “Fuerte, Reducto, diminutivo de CASTRUM””Campamento fortificado” “fortificación.

Si nos remontamos a 2.500 A. C. no existe la menor duda, que la mejor ubicación para un Castro sería dicha sierra, en una época donde prima la inseguridad, el control de vías y caminos de comunicación, minería, zonas agropecuarias, ríos, riveras y estrategia militar entre diversos aspectos.
Por tanto El Castellar se nos presenta en esa época como una zona intensamente poblada, y poca investigada para definir nuestros oriundos ancestros que a la postre sería la Cuna de Nuestros Orígenes.
El Castro que nos ocupa es de una potencia considerable, me atrevería a decir a “grosso modo” más que el primero citado como La Ermita de Belén en el cual el año 1987 se realizó una excavación de urgencias
[5].
El Castro Cabeza de León como así lo llamo hace años, está ubicado en su primera parte, en una llanura justo en la cúspide del Camino Colorado donde se puede apreciar infinidad de restos cerámicos, así como más importancia a ruinas de diversas formas y tamaños, donde predominan las cuadradas, rectangulares, sobre algunas circulares que existen, todo lo observado está dispuesto de una forma asimétrica, atreviéndome a decir en este pequeño llano, está compuesto en tres partes. Sobre el aparejo todas las formas son de piedras del terreno a palo seco
[6], continuando con el examen del terreno en vista de dichas construcciones, algo llama la atención respecto al primogénito Camino del Colorado, este se confunde con el terreno casi a desaparecer tan solo los conocedores del lugar sabemos su continuación, el detalle no podía pasar inadvertido, del Camino sale un empalme dirección sur Noroeste, compuesto por grandes monolitos de piedras hincadas todas ellas en el suelo hasta las inmediaciones de las primeras estribaciones rocosas, donde nos encontramos una grata sorpresa; otras ruinas totalmente diferentes a las anteriores un CASTELLUM[7] de grandes dimensiones, donde se pueden ver restos de murallas por su cara oeste de forma semicircular, que parte de lado oriental hacia noroeste, y bancales anteriores a esta, en su base formas cuadrangulares y rectangulares de grandes medidas haciendo pensar en torreones de vigilancia y defensa; por la cara noreste además de la pared saliente del crestón se ve otra muralla de bastante largura, así como dentro de este recinto otros lienzos para proteger otros flancos más débiles. También se puede advertir por todo el paraje expuesto cantidades de cerámicas toscas y finas, como la Terra Sigillata hispánica y común, cerámicas de barniz negro o Campaniense, ladrillos, y tegulas, así hemos de suponer que un estudio más exhaustivo podría sin dudas aclarar todo.
La situación orográfica se nos antoja envidiable, aunque la zona no es de mucha altura impone su mole pétrea, llegando a tener alturas de hasta 30 metros por saliente amen de las alturas de las torres y murallas, sin dudas la visión sería de decenas de metros a la redonda.
Sobre la cronología de este poblado carecemos de datos, tan solo cabe decir que sí lo encuadramos dentro del yacimiento situado en la Ermita de Belén como agregado a este, podía pertenecer al siglo IV a I antes de Cristo
[8], la subsistencia hace 25 siglos sería de actividades pastoriles, ganaderas y agrícolas, aprovechándose de las llanuras y vegas y por razones obvias las actividades de caza también se usarían, a este respecto los animales domésticos se podrían encuadrar así: Caballo-Equus caballus. Asno-Equus asinus. Bovino Doméstico-Bos Taurus. Ovicaprino-Ovis aries/Capra hircus. Cerdo-Sus domesticus. Animales Salvajes: Ciervo-Cervus elaphus. Conejo-Oryctolagus cunniculus. Lince Ibérico-Lynx parelina. Tejón- Meles meles. Perro- Canis familiaris. Perdiz-Alectoris rufa-[9] etc. Y por supuesto sin olvidar la pesca que podría ser otro valor proteínico alimentario, al estar dentro de la cuenca de los ríos: Guadiana, Árdila, Bodión y riveras cercanas.
A modo de cierre decir que por toda esta zona del Castellar no es el único Castro a citar, existen otros tantos de menor envergadura y agregados al principal (Ermita de Belén) así como otros poblados de diferentes épocas, también existe por parte de este investigador la sospecha de otro muy similar al citado en estas páginas o tal vez una continuación, tan solo menos visible pero con la certeza de serlo por materiales diversos en sus alrededores, existe debajo del Castillo mal llamado “El Pitón”.

[1] AMADOR REDONDO JOSÉ ANTONIO. El Castillo del Castellar, Revista de Feria.
Año 2005
[2] Teoría del investigador AMADOR REDONDO J. ANT.
[3] Ibidem
[4] Decir que en todas esas inmediaciones existe un gran terreno llamado Dehesa Boyal. Nota del coautor de este libro.

[5] RODRÍGUEZ DÍAZ ALFONSO. La Ermita de Belén. Zafra Badajoz
[6] Sin cal o amalgama
[7] Fuerte, reducto, diminutivo de CASTRUM. Campamento fortificado “fortificación)
[8] CASTAÑOS UGARTE PEDRO M.- Estudio de los Restos Óseos del Yacimiento de la Ermita de Belén.-Zafra - Badajoz
[9]Datos sacados del libro LA ERMITA DE BELÉN, Zafra-Badajoz.- RODRÍGUEZ DÍAZ ALFONSO.

EL CASTELLAR, CUNA DE NUESTROS ORÍGENES.


Como Europa, la península Ibérica será lugar de asentamientos de pueblos celtas, los asentamiento se realizan en varias oleadas realizándose en casi toda la península, al sur y la zona mediterránea (donde habitan los Iberos) que provisionalmente estarán al margen de esta cultura. Es a partir del siglo VI a. de C. cuando se puede hablar en la península de la cultura propiamente celta manifestándose en estas zonas, y alcanzando un esplendor con la entrada de la edad del hierro. Es la meseta la mayor zona geográfica de la Península Ibérica, allí nos encontraríamos con los celtíberos en el Este, en la celtiberia Ulterior hallaríamos a los Pelendones (Cabecera del Duero y sur de La Rioja, desplegando la "cultura de los castros sorianos"), al sur de este pueblo se encontrarían los Arévacos, famosos por sus contiendas y resistencia a las legiones de Roma en la ciudad de Numancia. (Segeda) En la Meseta norte desde la cuenca media del Duero hasta Salamanca, lindando al norte con Astures y cantabros nos encontraríamos con los Vacceos. Al sur de los Vacceos nos encontramos con los Vettones que ocupaban una zona que discurría hacia el sur hasta el norte de Extremadura, de este pueblo es conocida la cultura de los "verracos"(figuras de toros y jabalís en piedra de gran tamaño, como los llamados toros de Guisando, Ávila) En la Meseta sur se encontrarían los Carpetanos, Pueblo celtibero que tuvo una influencia importante en la cultura ibérica., y los Céltica se situarían en la zona del Alentejo occidental (sur Portugal) desplazándose hacia la zona de Huelva ocupando parte del territorio Turdetano. Situados en la zona de Portugal, estarían los Lusitanos (pueblo conocido por sus caudillos guerrilleros como: Púnico, Caisarus, y el más renombrado Viriato, líderes de la resistencia a la dominación romana en la Península Ibérica).
La doctora G. López Monteagudo nos dice: "Diodoro designa como celtíberos a todos los habitantes de la meseta, lo que coincide con la afirmación de Plinio de que la Celtiberia llegaba hasta el Atlántico. Teniendo en cuenta que estas fuentes son tardías, puede suponerse que la situación que describen era debida a la expansión de los pueblos celtibéricos del extremo oriental de la Meseta sobre otros grupos indoeuropeos que habitaban el resto de esta amplia región.", y también: "Estrabón cita unos keltoí en las cercanías del cabo Nerión, llamado por Mela Promontorium Celticum, que habían llegado hasta allí en compañía de unos turduli y que eran parientes de otros keltikoí que vivían junto al Anas
[1]. Según Garcia y Bellido, estos celtici habían salido de la región oriental de la Meseta en dirección a Lusitania, en donde encontramos otros celtici en la desembocadura del Guadiana; desde aquí habían reemprendido el camino hacia Galicia, en donde parte de ellos se fundieron con otros celtici que vivían dispersos en la región galaica."(La región galaica abarcaba toda la zona comprendida al norte del Duero y al oeste de la línea que forman el Sella en Asturias y el Esla en León, no sólo la Galicia actual).[2] Por lo tanto la cultura castreña se puede definir, como aquella que se desarrolla entre los siglos VI a. de C. y V de nuestra era, no obstante hunde sus raíces en la Edad del Bronce.
Los castros deben el origen a las invasiones de los Sefes, nativos pacíficos que vivían en el llano y en las vegas de los ríos, arroyos, riberas, etc. Posteriormente trasladándose a sitios más inexpugnables de fácil defensa y amurallándose, como el Castro u Oppidum del Castellar de Zafra, A este sentido Bendala dice: La primitiva estructura de los castros se mantuvo vigente hasta tiempos avanzados, y solo en época romana se advierten procesos de incorporación a los sistemas de control territorial basados en asentamientos mayores de tipo oppida,...”
En Extremadura, y especialmente la Baja Extremadura (Badajoz), se observa claramente la diferenciación entre Castro=indígena, y Oppidum =romanización. En Extremadura se llama normalmente "Castillejos" tanto a los Castros como a los Oppida, razón que los Castros han sido romanizados, lo cual es difícil separar entre unos y otros. Los grandes recintos amurallados serían los Oppida y los pequeños Castros.
[3] Estos Castros serían asentamientos de soldados situados en lugares inaccesibles y que controlan el territorio a modo de atalayas o torres de Anival, o castillos, pero sin espacios para la población civil. El topónimo “castillejo” siempre se ha relacionado con lugares altos, donde había un castillo, o resto de algo en concreto.(como podía ser restos de muros, cerámicas, ladrillos, estructuras varias, etc, tanto prerromanos, romanos, e incluso de la Edad del Bronce.) Los" castillejos" extremeños suelen corresponder tanto a castros grandes (oppida) como chicos (castellum) independientemente de su edad, cometido, restos arqueológicos, etc.[4]
Lo expuesto a continuación no deja de ser investigaciones con más o menos coherencia, debido a la falta de un estudio a fondo sobre la zona a exponer, así como un buen estudio arqueológico para corroborar sobre el terreno; a sabiendas y sin lugar a dudas, el terreno no deja de darnos respuesta aun sin el pico y la pala, así como los topónimos de toda la zona a tratar.

Zafra esta ubicada geográficamente al sur de la provincia de Badajoz, a 38° 25¨ 40” N y 6° 43¨ 55” W, se compone de 13 polígonos y una extensión de 6.229 H. Así como un perímetro de 42 Km. El farallón cuarcitoso de la sierra del Castellar es una alineación de unos 3,5 Km. aproximadamente de largura, desde el antropónimo de Belén, (conocido también como el Potril, y Castellar Viejo, quedando cortado por el camino del Colorado, donde vuelve a emerger la crestería cuarcítica hasta el topónimo llamado de la Sangría, y Cañá de las Culebras.
[5]
Las primeras noticias sobre hallazgos en esta sierra partió de José Ramón Mélida
[6], y de aquí en adelante los hallazgos han sido numerosos, quizás el más importante por su contenido y material fue aproximadamente por la década de los 50 un pastor y vecino de Zafra, encontró un pequeño tesorillo de oro[7], (hoy paradero desconocido) así como en años posteriores las apariciones de otros objetos han sido muy variadas, y siempre en el anonimato.[8] Tan solo la falta de conocimiento e interés por la historia, han dado lugar a que La verdadera Cuna de Nuestros Orígenes “El Castellar” siga dormida y expoliándose. Muchos de los socavones que en la actualidad se observan por dicha sierra, fue debido a la aparición de aquel tesorillo, por vecinos de Zafra.
Quizás el descubrimiento más importante fue en el año 1987, al hacer obras en la carretera N-435,
[9] y casualmente quedó al descubierto un poblado prerromano, en el cerro de la Ermita de Belén, en el cual se hicieron unas excavaciones de urgencias.[10] Este poblado está dentro del topónimo del Castellar, también llamado “Castellar Viejo”, y es a raíz de este primogénito poblado cuando se empezaron abrir puertas a los investigadores de campo. A lo largo de toda esta alineación cuarcitosa y no de mucha altura (654) empezando por Belén, se puede observar diferentes asentamientos qué por su tipología podrían ser pequeños castros, añadidos al principal de Belén, o incluso anterior al citado. ¿? Donde dos de ellos son Oppidum con murallas. (También Castellum militar romano...¿?) Pudiéndose aumentar en otro al hacer unas excavaciones en las actuales ruinas del castillo del Castellar[11], todos estos pequeños castros hemos de suponer que son agregados o avanzadillas de control del territorio, al de mayor envergadura, ¿Belén, Camino del Colorado o Cabeza de León?[12] Lo expuesto no son los únicos vestigios que se pueden visualizar por toda la sierra, dicha sierra es pródiga y por antonomasia “LA CUNA DE NUESTROS ORÍGENES”,[13] los vestigios se remontan al paleolítico, neolítico, bronce, celtas, romanos, árabes, y medieval, completando por completo ese árbol geneahistórico del cual siempre se ha ocultado por diferentes razones. Como restos de aquellas culturas, también se observan diferentes paneles de arte rupestre esquemático.[14]
Por tanto no existen excusas evidentes para no hacer una exploración exhaustiva de toda la zona y desechar de una vez por toda la idea conservadora de una Zafra solamente medieval, y aludir con tanta seguridad que en Zafra no hallan aparecido restos arqueológicos de ningún tipo, cuando las evidencias son evidentes
[15] al seguir en esta línea los futuros investigadores, historiadores, arqueólogos, y futuras generaciones y el pueblo en general se pueden encontrar una Zafra sin historia antigua, por tanto un pueblo se forja con toda su historia para convertirse en un Crisol de Civilizaciones.

LA CONQUISTA ROMANA DE LA BETURIA SE LLEVO A CABO TRAS LAS GUERRAS LUSITANAS (147 – 139 a. C.) SI BIEN ESTA ZONA SIGUIÓ SIENDO INESTABLE Y, EN EL SIGLO I a. C. FUE ESCENARIO DE LOS CONFLICTOS CIVILES ROMANOS: LAS GUERRAS SERTORIANAS (82 – 72 a. C.) Y LAS LUCHAS ENTRE CÉSAR Y POMPEYO (49 – 44 a. C.) A LO LARGO DE ESTOS SIGLOS II – I a. C. SURGIERON LA MAYORÍA DE LOS OPPIDA DE LA Beturia. EN LA Beturia CÉLTICA, DESTACARON SERIA, NERTOBRIGA, SEGIDA, Curiga, Contributa... POR SU PARTE EN LA Beturia TÚRDULA FUERON CÉLEBRES LOS OPPIDA DE ARSA, MELLARIA, MIROBRIGA, REGINA...Y FORNACIS.









Guerreros Hispanos





















Legionarios Romanos

[1] ANAS, representa al Río Guadiana.
[2] Autores clásicos que nos ofrecen referencias sobre los celtas:
Autores Griegos: Polibio, Posidonio, Diodoro de Sicilia y Estrabón de Amasia, como principales.
Autores Latinos: Julio César, Tito Livio y Cayo Plinio llamado el viejo, como principales.

[3] RODRÍGUEZ DÍAZ A. www.hornachuelos.com
[4] Cito a P. Ortiz Romero y A. Rodríguez Díaz (1998): "Culturas indígenas y romanización en Extremadura: Castros, Oppida y recintos ciclópeos.", en A. Alonso (Coord.): Extremadura Protohistórica: Paleoambiente, Economía y Poblamiento. Págs.-257-258:
[5] AMADOR REDONDO José Antonio. Topónimos de zafra.
[6] RAMÓN MÉLIDA José. Catalogo Monumental de España- Provincia de Badajoz, año 1907 – 1910. Pág. 25
[7] AMADOR REDONDO José Antonio. El Tesorillo del Castellar. Revista Feria, año 1992.
[8] Noticias de la voz populi, los objetos fueron: Una Virgen de plata, pendientes y torques de oro, cruz de oro con incrustaciones de piedras preciosas, varios epígrafes de mármol, uno en piedra negra, flechas de hierro, bronce, y piedras, boquillas de cornetas, utensilios líticos, objetos en terracota. Monedas de plata, y bronce, lucernas, vasijas, Etc.
[9] El investigador MUÑOZ HIDALGO Diego, dio parte de su existencia.
[10] RODRÍGUEZ DÍAZ ALFONSO. La Ermita de Belén. Zafra (Badajoz)
[11] Esta teoría tiene su fundamento, por la gran cantidad de restos de esa cultura expandida in situ y alrededores del castillo. observaciones del los Investigadores locales, AMADOR REDONDO José Antonio, y MUÑOZ HIDALGO Diego. Este último ya realizó en su día una aportación del castro.
[12] Ibidem
[13] Más información en el Libro LA SIERRA DEL CASTELLAR- La Historia Oculta de Zafra. De los Autores: AMADOR REDONDO José Antonio, & GUZMÁN GUZMÁN Francisco.
[14] Para ampliar conocimientos sobre la pintura esquemática en Extremadura, véanse: DE LA VEGA FERNÁNDEZ, Juan.: Un paseo por la pintura rupestre esquemática de Extremadura. 1989; AMADOR REDONDO, José Antonio.: Arte rupestre en Zafra. Revista de Ferias. 2000; MUÑOZ HIDALGO, Diego M. “El abrigo de las Goteras” Zafra, Badajoz), y su entorno arqueológico: Un nuevo ejemplo de arte rupestre esquemático en la Baja Extremadura. Revista de Estudios Extremeños. Tomo LI. 1995
[15] Me remito a las excavaciones de la Ermita de Belén, Madre del Agua, Torre de San Francisco, en sucesivos años, y realizadas por profesionales con todo rigor científico.

ARTE RUPESTRE EN ZAFRA


El hombre moderno posee una avanzada tecnología que le permite paliar los efectos del medio ambiente sobre la vida humana. La existencia de nuestros antepasados del Paleolítico transcurría mucho más próxima a la Naturaleza, que ejercía sobre aquélla fortísima influencia. Le resultaba, pues, imprescindible conocer sus señales y avisos para asegurar la supervivencia.
Desde su niñez primera hasta la edad adulta, el hombre de la Edad de Piedra aprendía a conocer la naturaleza, utilizar sus dones y evitar sus peligros. Visiones, sonidos, olores, sabores... todo a su alrededor le resultaba familiar. “Sin embargo, su capacidad de comprensión era mucho menor que la nuestra”...
Los cambios de estación no constituían acontecimiento que les llevara a detener sus actividades, pensar, o maravillarse ante su belleza. Otros fenómenos como el rayo, el trueno, las inundaciones y los incendios forestales eran mucho más dramáticos. Se producían de forma misteriosa y violenta; no se ajustaban a modelo alguno y resultaban difíciles de explicar. Es natural que tales eventos infundiesen pavor a aquellas gentes. Temor y sentimiento de desamparo ante la repentina furia de los poderes naturales desarrollaron en nuestros antepasados prehistóricos un profundo respeto por las fuerzas, ignoradas e incontrolables, que determinaban la vida y la muerte de los seres humanos. De este sentir surgirá con el paso del tiempo, la religión.
Durante el Paleolítico, igual que en cualquier otra etapa de la humanidad, algunas personas recibían al nacer dones que otras no tuvieron. Unas eran más receptivas a las maravillas de la naturaleza, y trataron de representar las cosas que vieron y las sensaciones que les producían. Fueron estas personas y su sentido artístico las que hicieron posible algunas de las más antiguas obras de arte de la historia de la humanidad.
Las manifestaciones más bellas del quehacer artístico en la prehistoria humana se pintaron sobre las paredes de las cuevas de España y del sudoeste de Francia. Miles de años habían de permanecer ocultas a nuestros ojos. Su descubrimiento siempre fue de forma accidental. Pocos fueron al principio los que atribuyeron la paternidad de estas maravillas del arte al hombre del Paleolítico. Se pensaba entonces que los hombres de las cavernas estaban privados de capacidad para cualquier expresión estética eran considerados poco menos que animales- y más difícil aun resultaba imaginarlos en posesión de la maestría que muestran estas obras hechas con materiales en “verdad rudimentarios”. Las personas que descubrieron las pinturas fueron TACHADAS DE LOCOS Y LOS DESCUBRIMIENTOS DE FRAUDES.
Carlos Dossi decía- Los locos abren los caminos que más tarde recorren los “sabios”
Así con esa conciencia de oscuridad, e inquisidor, el arte prehistórico permanecería durante muchos años en el olvido. Tras intensos debates, las pinturas fueron aceptadas en el año 1.920 como originales del Paleolítico.
Se acepta hoy generalmente que el arte del dibujo y de la pintura pasó por un largo periodo de desarrollo, iniciándose de forma sencilla y continuando hasta alcanzar la perfección que admiramos hoy en las cuevas de España y Francia. No sabemos, sin embargo, cuál fue la forma adoptada por los primeros balbuceos pictóricos de las gentes del Paleolítico, ni cuando dieron comienzo. Es razonable suponer que el dibujo fue antes que la pintura, debido a su mayor simplicidad.
Es probable que los primeros dibujos se desvanecieran con la misma rapidez que fueron hechos. No perduran las figuras hechas en polvo con los dedos o con ramitas de árboles. Pero llegaron hasta nosotros los estilizados diseños trazados por el hombre en el fino barro que recubría las paredes y los suelos de las cuevas.
Quizás aquellos primeros artistas considerasen su obra una diversión o acaso estuvieran tratando de copiar las huellas dejadas por el oso de las cavernas mientras aguzaban sus garras.
Cualesquiera que fueren sus motivaciones, los hombres del Paleolítico comenzaban a representar formas diversas. El arte había nacido, pasando de verlo como una forma natural, seminatural a una transformación con el paso de los años a ser de carácter abstracto y simbólico, aparecía el Arte Esquemático, el arte sale de las cuevas se afianza y encuentra en el exterior en abrigos poco profundos, o barrancos, se utiliza básica y fundamentalmente la línea y las figuras son de reducido tamaño. Así sus colores predominantes son el rojo y el negro, rara vez combinados.
Hace su aparición en España procedente de Oriente Próximo, hacia el 4.000 A. C. y tiende a desaparecer en el año 600 A. C.
Extremadura en si, en cuanto al arte esquemático podemos decir que es un museo al aire libre abierto a los ojos de la curiosidad y el aprendizaje.
La abundancia de abrigos (enclaves del arte) conserva hoy a pesar de los milenios esa huella viva y coloreada de las manos del artista “su arte” siendo prueba irrefutable que en Extremadura fue región de importancia prehistórica en el Neolítico Bronce y Edad del Hierro...
Así con todo nuestra Zafra también aporta su granito de arena, veamos.

Zafra se encuentra al Sur de la provincia de Badajoz con una Latitud Norte-038º 26´00´´ Longitud Oeste- 06º 26´00´´ y una altitud de 508 metros sobre el nivel del mar.
A unos 3 Kilómetros al poniente se encuentra un farallón cuarcítico conocido como Sierra del Castellar, Sierra emblemática para los Zafrenses o Segedanos, está representado en nuestro escudo, que consta de un jarrón de azucenas y un castillo o torre sobre roca el Castellar.
Crestón directo de nuestro nacimiento, es la cuna de nuestros antepasados en su suelo duermen restos milenarios y en sus paredes arte esquemático echo con el rudo pincel.
La localización de las pinturas se encuentra en uno de los extremos, en el arranque de una de sus paredes rocosas.
Su Latitud Norte es 38º 25´20´´ y Longitud Oeste 2º 45´40´´- cuadrícula 854 del Mapa Topográfico Nacional E: 1/50.000.
Las representaciones se componen principalmente por grupos de barras verticales de color rojizo en un estado regular, pudiéndose contabilizar unas 28 así como en el centro una mancha difusa dando la sensación de una figura antropomorfa- evidentemente deteriorada con el paso de los milenios y algo confusa.
Sobre la posible cronología de estas pinturas del Castellar, ateniéndonos a su entorno arqueológico, podemos barajar estas posibilidades: que fuesen de la Edad del Cobre (Calcolítico- genéricamente Neolítico final) por razones obvias, son numerosos los poblados de esta época en los alrededores de dicha sierra.
Así como de la Edad del Hierro, también con diversos poblados, cerámicas y estructuras tipo “Castro” en dicha Sierra del Castellar y alrededores.
Ateniéndonos a la situación estratégica donde se otea un amplio horizonte geográfico no cabe la menor duda del gran auge de asentamientos en lo alto del farallón rocoso e inmediaciones que nos dan pie a muchas conclusiones y poder replantearse que el suelo de Zafra es rico en asiento de otras etapas- después de muchos años de rastreo superficial y escuchar a la” voz populi” de antiguos pastores i gente que cultivaba en el Castellar llega uno a muchas conclusiones, aunque a veces un poco imprecisa- no deja de tener su valor histórico y documental, así con todo podemos decir que los asentamientos habidos en lo alto del farallón rocoso fueron:
Paleolítico ¿ ? – Calcolítico - ¿Edad del Bronce?- Edad del Hierro – Época Romana – Época Árabe – Edad Media.
Sobre hallazgos encontrados por la gente por azar o labores agrícolas han sido muchos y variados, atestiguando con estos hechos la presencia humana en la zona, tan solo por la incultura de la época y la falta de conocimientos hacia la ciencia de la arqueología se mantuvo en silencio no pudiéndose documentar perdiéndose muchos datos de vital importancia. La única noticia documentada nos la da D. José Ramón Mélida en su Catálogo Monumental de España. Provincia de Badajoz (1.907 – 1.910) y nos dice. “Pulidor de piedra rojiza oscura, ofrece cuatro caras. Longitud, 0´072- ancho 0´015. Encontrada en el Castellar.
En la actualidad un buen proyecto de investigación en el subsuelo amparado con fotografías aéreas nos aportaría sin duda mayor conocimiento ante el entorno arqueológico en general y por supuesto las pinturas, acallando a todos los INCREDULOS y por añadidura enriquecer aun más el Patrimonio de Zafra.
Si ampliamos el radio de acción a otras localidades podemos ver que el arte rupestre esquemático fue pródigo en otros pueblos como: Arroyo de San Serván- Calamonte- Mérida- Alange- Hornachos- Zarza de Alange- Oliva de Mérida- etc. Estando todos interrelacionados en el mismo periodo, así como en sus formas de interpretación de los signos: TECTIFORMES—PECTIFORMES—CUADRUPEDOS—ESTELAS—RAMIFORMES—OCULADOS—CRUCIFORMES—PUNTOS—BARRAS—FIGURAS FALICAS—RUEDAS—BITRIANGULARES—FIGURA HUMANA TIPO GOLONDRINA—CASA—TRINEO—PAREJA—PETROGLIFOIDES—CARROS—CABALLO—CUADRUPEDO—ARCO Y FLECHA—ADORNOS—CABAÑA—ARMAS—VESTIMENTA—SERPIENTES—HOMBRE ABETO--... así un montón de interpretaciones que es realmente lo que podemos observar cuando vemos las pinturas en los abrigos. (Personalmente, es una grata experiencia uno se traslada a la época de nuestros parientes...) no olvidemos que nuestros antepasados eran nómadas.

“En la amplia geografía extremeña surgen año tras año nuevos descubrimientos arqueológicos y conviene reseñarlos para que el olvido no caiga como polvo sobre ellos”.

Valentín Soria Sánchez


“Quién abre su mente al conocimiento encuentra la verdad”

LOS ROMANOS EN ZAFRA. ¿SEGEDA?



LOS ROMANOS EN ZAFRA.
¿SEGEDA?

Estas líneas que van a seguir a continuación es parte de un trabajo realizado durante varios años, de dura investigación por toda nuestra geografía local, sin salirse del término.

El trabajo en sí ha consistido en patear, rastrear, márgenes de rivera, arroyos, sierras, serratillas, lomas, valles, vegas, etc., todo que pudiera en sí, dar pistas y poder valorar más concretamente la historia antigua de nuestra Ciudad a través de vestigios ancestrales diferentes de la cultura árabe de la cual tan sólo se nos quiere hacer ver; Pues no, segedanos, creo sinceramente que Zafra se merece algo más de historia; ciertamente con el asentamiento en Çafra de árabes y judíos, etc., Zafra se enriqueció pero no por eso lo demos todo por hecho y nos pongamos a dormir la siesta como si de un Oso de las Cavernas se tratara.

En la revista del año `92 aparecía un artículo (por cierto de un servidor) con el título “Los primeros moradores de Zafra” en el cual hacía una pequeña introducción como preludio a esa gran historia o árbol genea-histórico de nuestra Ciudad, a través del tiempo, desde la Prehistoria, más concreto, el paleolítico Inferior, hasta nuestra era actual.

Todas las culturas que han precedido a las anteriores han dejado su legado.

Como dije anteriormente los árabes son parte de ese eslabón, no por ello caigamos en ese conformismo y tapándonos los ojos y decir adiós historia; los anales abarcan muchas etapas, los árabes es parte de ella, pero no la única; sinceramente, los segedanos tenemos que valorar más los tiempos pretéritos y luchar por nuestro patrimonio es tarea de todos.

En cierto modo, a Zafra no la podemos comparar (por decir algo) monumentalmente con Mérida en arte romano, es cierto; recordemos que fue la capital de Lusitania, La Gran Emérita Augusta, pero tampoco queremos tantas pretensiones coloniales, todo lo contrario, este servidor trata de hacer ver que nuestra SEGEDA de Plinio el Viejo, fue parte de ese imperio romano que sometió a tres cuartas parte de Iberia, en su organigrama social y político.

Estimados amigos y aficionados a la Historia, supongo que os diréis a vosotros mismo lo osado que soy para afirmar todo esto, ¿no?

No es cuestión de osadía, sino de fe en nuestra Ciudad, en su historia, rica en todo para todo; la cuestión, simple: preocuparnos de algo que siempre ha estado aquí, con todos nosotros.

Hace 2000 años, Jesucristo dijo: “dichosos los que creen sin ver2; nosotros, los cristianos, que poco nos lo aplicamos.

El descubrimiento de las ruinas de Troya se debe a Homero en su Iliada; el porqué: fácil, Schlieman creyó; lector de libros y aficionado a la arqueología, hoy día sus ruinas son veneradas y por sus tesoros se pega medio mundo.

(Capricho del Destino)

Carlos Dossi decía: Los locos abren los caminos que más tarde recorren los sabios.

Viajemos en la noche de los tiempos, de un pasado al presente. En el año 25 a. de C. se funda por Octavio, Emérita Augusta que pasa a ser la capital territorial y administrativa de todo el territorio.

Una vez que se ha pacificado toda la región, el Emperador Augusto, en premio a la lealtad, valentía y, sobre todo, a los 25 años de servicios militar de sus bravos legionarios les concede la licencia y una porción o parcela de los nuevos territorios con lo que ya se puede pensar en un colonialismo. Las fundaciones de ciudades y municipios comienzan a ejercer una política de asimilación desde la población romana que va llegando hacia la población autóctona, generándose una auténtica comunicación entre ambos polos de la comunidad.

La extensión de todo proceso se producirá más adelante hacia el siglo III d. C. cuando se haya perdido el recelo inicial, cuando la sociedad de raíz latina, pese a conservar aún muchas de sus formas de vida, empiece a pensar en autóctono y desaparezca casi por completo la radical oposición entre ambos de los primeros momentos, y ello tendrá lugar cuando esta situación alcance el mayor número de personas y cuando de un modo parejo haya alcanzado también el máximo territorial de espacio, más o menos en los siglos III. IV d. C. quinientos años después de que el primer contingente de soldados pusiera pie en el actual territorio extremeño.
Así es de suponer que el gran contingente de exsoldados de las legiones romanas pasaron a ser nuevos ciudadanos y colonos, con el único propósito de fundar pueblos, ciudades, villas, etc. Por citar algunos: Nertóbriga (Fregenal de la Sierra) Regina (Reina) Curiga (Monesterio) Seria (Jerez de los Caballeros) Furnacis, citada por Ptolomeo (Hornachos) Perceiana (Villafranca de los Barros) etc., y por supuesto, es de lógica que los romanos también se empezaran a asentar en Zafra ¿SEGEDA? (1)

El misterio, paso a paso, se va resolviendo, tiempo al tiempo.

Una vez asentados los romanos en nuestra Ciudad, el siguiente paso fue la elección de lugares idóneos y las construcciones de los edificios rústicos que de algún modo guardaron unas líneas; veamos:

“Los edificios deben ser proporcionados al valor del dominio y a recursos del propietario...

En cuanto a la habitación del propietario es necesario fijar su emplazamiento en un lugar un poco más elevado y más seco que los otros, para evitar que los cimientos no sean perjudicados y para que se beneficie de una bella vista.

Pero lo esencial es que la fachada esté enteramente y de un lado oriente al medio día, de tal manera que reciba los rayos del sol en invierno en ángulo S. E. y ligeramente ladeada al poniente en invierno; de este modo será soleada en invierno y no sufrirá los calores del verano.
“PALLADIU I, VIII”

Ya estaba puesta la primera piedra; de esta manera, el campo “SEGEDANO o ZAFRENSE” se inicia una intensa ocupación a través de un elevado número de Villae y asentamientos rurales que jalonan las vegas de los arroyos, lomas, cerros, sierras, etc., aprovechando las zonas más aptas para el cultivo.

Buenos, amigos, como he dicho antes, después de tan arduo trabajo de unos cuantos años de patear todo lo que ha sido posible del término nuestro, día a día fue dando su fruto en la gran cantidad de materiales superficiales y en majanos, como la TEGULE (teja).

De esta manera tomaba forma una tras otra la gran cantidad de Villae en nuestro suelo; por el momento, una veintena de ellas, sin lugar a dudas es una manera de demostrar la gran presencia romana.

Todos estos asentamientos están en la actualidad dentro de nuestro término, sin contar con La Lapa, que se emancipó; indudablemente, el número sería más elevado y, por supuesto, sin negar nuevas apariciones con labores agrícolas; pensemos que nos separan 2.000 años.

Bueno, visto todo esto, hemos pasado de no creer en los romanos a creer (vamos por buen camino) de decir que en Zafra no han aparecido restos arqueológicos a encontrar una veintena de ellos (vamos avanzando en el camino). Pero, claro, con esto no hay bastante, nos falta tal vez lo más esencial: pruebas, estelas, etc....

El encontrar pruebas documentales no ha sido tarea fácil, quizás debido a la falta de conocimiento de agricultores, pastores y un sin fin de circunstancias, de tantas piezas y objetos que se habrán encontrado en labores de agricultura y se han amontonados en majanos, paredes rotas, perdidas y otros tantos eventos.

No por eso me he dado por vencido; siguiendo pista tras pista hasta lograr, localizar parte de nuestro legado en unas bellas inscripciones ya citadas por Rodrigo Caro, Hübner, el P. Fita y este servidor, aportar unas nuevas al legado romano en Zafra.


Dicho todo esto os invito a disfrutar:

Término de Zafra.- Rodrigo Caro – Hübner.
D.M.S.
Q.MANLIVS-AVITVS
GAL-CONTRIBVTENSIS
II VIR-BIS-ANN-LXXVI
H-S-E-S-T-TL
MANLIA-AVITA-PATRI
PIENTISSIMO-D
Esta se encontró en una finca de Zafra mandando copia a la Real Academia de la Historia, el 27 de Diciembre de 1.753 el presbítero D. Vicente de Rojas y Muñoz-Hübner.
ALLIA-SEVERA
IGAEDITANA
ANN-XXII
H-S-E-S-T-T-L
ALLIA-MODESTA
MATER
F-C-
En Zafra, Rodrigo Caro-Hübner
APPVLEIA-M-F-BROCINA
H-S-E-SIT-TIBI-TERRA
LEVIS
Término de Zafra, Rodrigo Caro
Q-EVANGEL-M-C-L
APPVLI-FRATRE-V-S-L-
En Zafra, Rodrigo Caro-Hübner
L-MARIVS
ENERVS-V-S-L
En Zafra (inédita)
SALVTI
SY-EX –V
M MARIVS
CAESIANVS
Hallada en el término (inédita)
CON
CONTRIB
VALERI (incompleta)
RUSTICVSEI
Encontrada en el término de Zafra (inédita)
V-NVN
HIISIS (rota e incompleta)
Esta inscripción, señalada en el CORPUS INSCRIPTIONUM LATINARUM (BERLIN)
Con el número 988-Hübner.
D.M.S.
...L.F.SPERATA. SEGEDENSIS
ANN. XXXXV. H.S.C.
...L. QUATERNUS. UXORI
...ET.L. CINCINATUS. MATRI
OPTIMAE. POSUERUNT
“Consagrado a los dioses Manes. Lucrecia, hija de Lucio, Sperata, natural de Segeda, de edad, de cuarenta y cinco años aquí yace. Séate la tierra ligera. Valerio Cuaterno a su esposa amadísima, y Lucrecio Cincinato a su madre óptima pusieron este monumento”.

Esto nos puede plantear dos dudas; una es, según Ant. Salazar, en su libro “El Castillo del Castellar”, el no haberse hallado en Zafra sino cerca de ella, la otra es la alusión de SEGEDENSIS... en este aspecto me reitero, como he dicho infinidad de veces, hace dos mil años, no había demarcaciones locales como en la actualidad, antes eran territorios, como se ha dicho, SEGEDA, era uno de ellos, y abarcaría con toda seguridad, pueblos actuales como: Alconera, Burguillos del Cerro, Valencia del Ventoso, Medina de la Torres, Llerena, Feria, La Lapa, etc, por citar algunos, un caso similar pasa con tartesio/turdetano, en lugar de ibero/turdetano, para los habitantes de la antigua zona tartesia de Andalucía occidental, que corresponde o puede ser al mismo concepto étnico y cultural,

De momento lo vamos a dejar aquí, así de esta manera nos dará pie para otro artículo, y poder despejar algunas dudas...

Quedando claro una cosa, ninguna de estas dudas, sea cual fuere el resultado, nos puede negar a los SEGEDANOS la presencia ROMANA en todo nuestro término, creamos o no...

En resumen, el término de Zafra se nos muestra a lo largo de toda su historia como una zona intensamente poblada, y en consecuencia arqueológicamente rica; de todas las maneras hay que ser consciente que el tiempo ofrecerá nuevos datos, y por supuesto, también nuevos problemas...


Quien quiera ver correctamente la época en que vive debe contemplarla desde lejos. ¿A qué distancia? Es muy sencillo: a la distancia que nos permite ya distinguir la nariz de Cleopatra.

(José Ortega y Gasset)

jueves, 2 de octubre de 2008

SEGEDA

SEGEDA

Diferentes consideraciones hay que tener en cuenta con arreglo a las noticias que nos trasmitió Plinio, en su obra Naturalis Historia, escrita a mediados del siglo I d. C. Y en buena medida contemporáneo a otros autores anteriores.
La obra de Plinio se considera la más precisa y completa para el conocimiento del mundo prerromano del Suroeste Peninsular. A esto se puede citar dos fuentes a dichas observaciones en su magistratura en la Hispania Citerior le proporcionase, Terencio Varrón para sus descripciones geográficas y Marco Vipsanio Agripa también en sus relatos de los pueblos y localidades.
A todo esto cabe citar, que Plinio en el uso de las fuentes usadas para escribir su obra, las hay con graves errores, herencia de descripciones mucho más antiguas, como ejemplo de narración de las costas atlánticas el cual Plinio “El Viejo” corrigió y comprobó “in situ” durante su estancia en la Hispania, se puede observar en un conocido y rico párrafo los oppida, pueblos, creencias y costumbres de la Beturia:
<Los Célticos oriundos de los Celtíberos, son venidos de la Lusitania y ello se manifiesta en los cultos, lengua y los nombres de las oppida, por cuyos cognomina se distinguen en la Bética: Seria, llamada Fama Ilulia, Nertóbriga, Concordia Ilulia, Segida, Restituta Ilulia, Contributa Ilulia Ugultunia, ahora también Cúriga. Lacimurga, Constatia Ilulia, a los Zairenses Fortunales y a los Callenses Eneanicos. Más allá de éstas, en la Bética se hallan, Acinippo, Arunda, Aruci, Turóbriga, Lastigi, Salpesa, Saepone, Serippo.
Étnicamente está habitada por dos pueblos de diferente origen o contexto cultural: célticos y túrdulos.
Los célticos ocupan el sector occidental de la Beturia hispalense o cordubensis, aunque por razones políticas estén adscritas a ellas. Por tanto la Beturia se describe a continuación y no dentro del convento hispalense. Los célticos han llegado de Lusitania y tienen creencias, lengua y toponímia idéntica a los de los Célticos, por lo que se le supone este origen:
Los oppida, de la Beturia Céltica son “Seria, Fama Julia””Nertóbriga, Concordia Julia” y “Contributa Julia Ugultunia, ¿Medina de las Torres? Estos poblados se diferencian de los restantes de la Bética por su cognomina “Ilulia” ya que debieron ser definitivamente integrados por Cesar en el sistema jurídico romano y por sus nombres de clara ascendencia celta.
La identificación de las citadas localidades en ciertos casos no están exentas de alguna dificultad por la falta, escasez y aportes epigráficos de precisión; una de estas localidades es SEGIDAE Restituta IULIA: Esta localidad es una con más incógnitas a la hora de su localización.
Por tradición, y como ya se ha expuesto desde (Rodrigo Caro) se ha admitido la ciudad de Zafra, como la citada “SEGEDA” en la misma comarca del río Ardila y que cumple con perfección los requisitos en la ubicación de esta Beturia de los Célticos. Otras localidades con incógnitas son: Seria, Fama Iulia: García Iglesias, Albertini y García y Bellido la creen en Jerez de los Caballeros No aceptándola Marchetti, que la ubica en Moura (Portugal, 1917, 347). Contributa Iulia Ugultunia: Situada por Albertini en Fuente de Cantos (Badajoz), a raíz del hallazgo de una inscripción que se lee PATRIA CONTRIBUTENSI, término este último que se repite en otro epígrafe encontrado en la vecina Medina de las Torres. (ese caso es similar al epígrafe encontrado en su día en Zafra ).
Una inscripción con el patronímico de Segedensis (ya citada en páginas anteriores) fue la principal prueba, otro epígrafe de similar características fue hallado en la ermita de la Virgen de Cala (Huelva) en el cual el texto muestra con claridad los cognomina latinos aunque no con el nombre indígena que se supone en SE NTIA. Esta ubicación, al sur de la cuenca del Ardila, no alejada de Nertóbriga es bastante congruente , otro lugar propuesto por González y Pliego es el cerro del Castillo, un yacimiento romano al NE, de Gerena (Sevilla). A todo esto cabe citar que estas localizaciones propuestas por estos autores, rompe la armonía geográfica de las ubicaciones de las poblaciones betúricas expuestas por Plinio.
Según lo expuesto es más lógico y razonable poder considerar el emplazamiento de SEGIDA EN ZAFRA, en la cual durante el año 1987 se realizó una campaña de excavación de urgencia al lado de la ermita de Belén, donde se localizó un importante poblado protohistórico, con estratigrafía desde el siglo IV al I a. C.

Sobre el topónimo de SEGIDA, muestra uno de los radicales más frecuente de la onomástica céltica y germánica: SEGHI – “Vencer”, cuya repartición en topónimos es tan abundante como significativa . Existiendo otro topónimo similar en la región de Segovia, en Elvas, donde existe un importante poblado prerromano, otro valioso poblado es el localizado cerca de la población del Poyo de Mara (Zaragoza) según fuentes clásicas consideraban a esta localidad la capital de la tribu celtíbera de los Belos. Esta ciudad acuñaba sus propias monedas y fue uno de los primordiales bastiones en la resistencia hacia los romanos.
Otra etimología del topónimo de Segeda de origen lingüístico céltico y significado, es “poderosa”
Por tanto el nombre de Segeda es la lectura clásica del término celtíbero de SEKEIDA, conservándose en monedas acuñadas.

RESUMEN Y APORTACIONES A SEGEDA

Como se ha explicado con bastante base histórica, y científica, la obra de Plinio “El Viejo” es sin duda el alma de cualquier investigador para adentrarse en los pueblos prerromanos del Suroeste peninsular y en concreto a SEGIDA, sin olvidar también a Ptolomeo que junto a Plinio citan a tres ciudades hispanas; Segida Restituta Julia de los célticos; Segida Augurina de los Turdetanos y Segida de los Túrdulos, relacionándose una cuarta, la bastetana Segisa. Antonio Salazar en su obra (El Castillo del Castellar, año 1955) nos dice acerca de esta población que no es tal, tan solo los escritores del siglo XVII AL XIX en sus falsos cronicones daban vida a esta hipótesis, así como en Zafra no ha aparecido ningún vestigio arqueológico , en pleno siglo XXI hemos de pensar que esos falsos cronicones ya no existen, ahora existe una metodología científica de grandes medios técnicos y otra mentalidad de investigación, por lo tanto a la aparición del libro citado en el año 1955, sería evidente la falta de un interés arqueológico, así como prospecciones en la zona o término zafrense para eludir lo expuesto, que no es lo mismo las diversas apariciones que con toda seguridad surgirían y caerían en el más absoluto silencio.
En la actualidad se conocen paneles de Arte Rupestre Esquemático, de la Edad del Bronce en el Castellar, asentamientos Calcolíticos, infinidad de Villas romanas, excavaciones arqueológicas en la Madre del Agua (Edad del Hierro), excavaciones en la Ermita de Belén (Edad del Hierro), Torre de San Francisco (Edad del Bronce, Romano, etc). A esto cabría decir que estos poblados siempre han estado en nuestro suelo, por lo tanto esos falsos cronicones hemos de pensar a ciencia cierta que todos tenían una base con más o menos rigor.
Actualmente y en base a todos esos hallazgos que de forma casual, y a la mayor sensibilidad de una parte del pueblo, así como la investigación de campo y laboratorio se podría decir que se están sentando cimientos cada vez más evidentes que en Zafra esté ubicada la SEGIDA de Plinio, de la etapa alto imperial, no obstante como se ha ido exponiendo en páginas anteriores cada cronista ha ido exponiendo su propia idea en diferentes localidades, ideas no descabelladas, tan solo sin cierto rigor de campo y a la vez se podría decir con base a los hechos del momento, así como que el topónimo SEGEDA existen varias por el territorio de la Hispania, y es quizás la SEGEDA de Soria la más popular, tan solo que no pertenece a la Beturia sino a la Tarraconense, Plinio nos dejó escrito en su (Nat. Hist. III ) que está antes de Nertóbriga y después de Curiga, no estando lo suficientemente claro su exposición, pero sin duda dentro de la Beturia, y la cuenca del Árdila, de entre las dos localidades citadas existen dos puntos intermedios, Zafra – Burguillos del Cerro, ahora bien como paso directo del río Árdila son otros dos puntos Valencia del Ventoso y Burguillos del Cerro, si contamos la cuenca de dicho río entra Zafra a tomar parte, haciendo un triangulo, a todo esto habría que ver otros factores como la ganadería, minas y vías de comunicación a otras ciudades importantes, en este caso Valencia del Ventoso quedaría descartado al estar más al sur y alejado de la Vía de la Plata y la ruta con Huelva, Burguillos ofrece minería (hierro) Zafra lugar estratégico comunicación, y cerca del río Guadiana, lugar menos agreste, más en línea con ciudades importantes, por tanto la elección de SEGIDA su ubicación nos plantea una incertidumbre paro sin duda de estar SEGEDA con nosotros; los últimos descubrimientos en Zafra en poblados de la Edad del Hierro han avivado todas la teorías incluso desechando a los falsos cronicones en su negativa de la aludida ciudad ubicada en el termino citado. Ahora bien el siguiente problema se plantea en cual de estos dos pueblos está situada ¿ Zafra o Burguillos del Cerro ?. Como hemos visto Zafra reúne unas características más idóneas en deterioro de otras por lo tanto creemos y esto es solo una aportación personal y no científica, eso sí después de años de patear e investigar evidencias palpables que por su peso pueden madurar en un futuro.
Ni Zafra ni Burguillos son SEGEDA, en la terminología citada, ambas son parte de SEGIDA un territorio inmenso; en la actualidad los pueblos se dividen en términos con sus parcelas, hace 20 siglos eran territorios dentro de un todo “La Beturia” por tanto SEGEDA en la actualidad abarcaría los pueblos citados, sin descartar a la localidad de Valencia del Ventoso... y sin olvidar que Zafra por situación estratégica SÍ podría ser el centro neurálgico de SEGIDA.


Schulten. 1959. 138
Berrocal Rangel Luis. Los Pueblos del Suroeste de la Península Ibérica.
Plinio Secundo Cayo. “El Viejo” Historia Natural, III.
Untermann, 1961, 18
Iglesias García. 1971, 90,91
Iglesias García. 1971, 89,90
Salazar Fernández Antonio. El Castillo del Castellar. Año 1955
Luzón. 1978, 290 y 307
Rodríguez Día Alfonso. La Ermita de Belén. Zafra.
Untermann. 1961, 18-19 y 34-35, K: 19; Albertos, 1966,201
Gamito. 1988
Poblado, en el cual desde el año 1998 el profesor Francisco Murillo Mozota de la
facultad de humanidades de Teruel, realiza excavaciones en esta Segeda.
Teoría del Investigador José Ant. Amador Redondo