ESCUDO DE ZAFRA

martes, 23 de septiembre de 2008

MARCO GEOGRÁFICO DE ZAFRA

Zafra está inmersa en el área geográfica que corresponde a la Cuenca media del Guadiana, siendo en su zona central donde tiene contacto con las penillanuras meridionales y las estribaciones montañosas de Sierra Morena. Geológicamente se compone de formaciones precámbricas y cámbricas, dominando las cuarcíticas y pizarras, siendo el granito y materiales del terciario más numerosos en los llanos. En cuanto a su relieve, quebrado y sus cerros más o menos elevados, de una parte serratillas cuarcitosas y lomas aplastadas situadas al N. E, E, y S, y otra la penillanura, extendiéndose al N. W, y N. Sobre la altitud media de la zona se puede situar en torno a los 450 metros sobre el nivel del mar.

El clima, como el de la región, es mediterráneo con influencias atlánticas, los inviernos son pocos extremados y veranos secos y calurosos.

Con respecto a la geología y climatología los suelos se han desarrollado generalmente pardos, al este y sur, y puntos al oeste, la mayor extensión es de suelos pardos meridionales, más idóneos para el pastoreo y la foresta. Al norte y sur –oeste predomina los suelos pardos calizos, pardos mediterráneos y rojos, siendo de vocación agrícola y con excelente capacidad para retener agua.


A este respecto no existen cursos de agua importantes en la zona, siendo la riqueza hídrica del subsuelo considerable no faltando pozos manantíos y arroyos que con carácter local adquieren cierta importancia en época de lluvias intensas.

Con todo podemos decir que el medio geográfico es un claro dualismo, tanto físico como de economía potencial, separados por las serratillas que se levantan de noroeste a sudeste, teniendo terrenos con clara vocación ganadera en contra de otras agrícolas. Donde discurre una gran vía natural con dirección norte, sur y otra no-exenta. de importancia, en dirección noroeste- sudeste, que viene a cruzar la anterior a la altura de Zafra. El trazado de los caminos prehistóricos sobre el que se asentó más tarde la red viaria romana, llamada, el Camino de la Plata. “Antigua Vía Lata o Iter ab Emérita Asturicam de los romanos, la Calzada Quinea de los cronistas medievales, donde hacían sus correrías los ejércitos musulmanes y cristianos en ambas direcciones desde el siglo VIII hasta el siglo XIII.”

No obstante otro de los aspecto a tener en cuenta es la gran riqueza minera y de las canteras, existiendo estos recursos de las formaciones litológicas, viniendo a jugar un esencial papel de materia prima existente para todo tipo de utillaje y en general.
Con respecto a la materia prima existente por toda la zona de Zafra, se puede citar su gran riqueza en mineral de hierro, cobre, (oro, plata,),estos dos últimos en menor cantidad, pero no exento de importancia. Sobre todo en las minas de la Lapa, Usagre, que con toda probabilidad ya fueron usado por los romanos. Otro de los recursos a incluir es carbón, y la arcilla, (Los Santos de Maimona y Salvatierra de los Barros) y por supuesto sin olvidar el mármol, material calizo-marmóreo del Cámbrico, que ya fue explotado en época romana hasta la actualidad, en el termino de Alconera, paraje, La Hoya, y en Los Santos de Maimona, cerro de San Cristóbal y Cerro del Castillo, aunque estos últimos las calizas alternan con pizarras arcillosas (aptas para la obtención de cemento) .

Nuestro termino de Zafra confina al Norte con el de Fuente del Maestre, Este, con los Santos de Maimona; Sur- Este, Puebla de Sancho Pérez, Oeste, Feria, Sur y Sur-Oeste, Medina de las Torres y Alconera, y por ultimo La Lapa, al Nor-Oeste.

Nuestra Zafra de Extremadura se encuentra al Sur de la provincia de Badajoz, tiene una altitud de 508 metros sobre el nivel del mar, su latitud Norte es 038º 26´ 00” y la longitud Oeste 006º 26´ 00”.

La superficie de Zafra es relativamente pequeña consta de 6.229 Hectáreas, se divide en polígono, de los cuales son 13, siendo el perímetro exterior de 42 kilómetros.

Zafra es en la actualidad una ciudad de servicios bien dotada en todos sus aspectos, pero quizás lo más llamativo es su enclave comunicativo que nos hace estar abierto a los 4 puntos cardinales, esto quizás nos haya supuesto un lugar de paso y como no, de asentamientos en épocas pretéritas. A todo se puede constatar el origen y cuantificación de los recursos físicos hallados, dando lugar a la conclusión que todo este hábitat ha sido habitado de forma interrumpida desde la prehistoria hasta la actualidad.

[1] En función de esto se considera que debido a todos los recursos expuestos y el control de las rutas de acceso y comercialización de los mismos debió de constituir en muchos de los casos la principal razón de muchos de los poblados que ocuparon nuestro entorno. Tomando las consideraciones de las últimas excavaciones arqueológicas realizadas en el Castro de Belén [2] se desprenden de los análisis de restos óseos recogidos un predominio de especies domesticas sobre las salvajes- (59,42 % a 40,58 %) estando representado fundamentalmente por: bovino, ovicaprino, suidos, caballos, asno, perro, vaca, etc. En el salvaje se representa con, conejo, lince, tejón, ciervo, jabalís, gato montés, zorro, liebre, sisón, perdiz, etc, y en menor medida restos de avifauna. En lo que se podría decir de la vegetación ecológica con el entorno inmediato de la Sierra del Castellar una de sus principales reservas, se podría enumerar de la siguiente manera, quizás muy parecido a la actual, con salvedades debido a que la mayor parte de la zona está muy degradada:[3] ENEBRO (Juniperus) PINO (pinus) QUERCUS (Encina, Alcornoque, Roble, Quejigo,...) TILO (Tilia) ADELFA. OLMO (Ulmus) JUNCACEAS, NENÚNFARES, ALAMO (Populus nigra).[4]


[1] TORO FERNÁNDEZ BLAS. El Marco Geográfico. LA ERMITA DE BELÉN (Zafra-Badajoz)

[2] RODRÍGUEZ DÍAZ ALFONSO. Excavaciones de urgencias, en LA ERMITA DE BELÉN (Zafra-Badajoz)

[3] LA RUPTURA DEL EQUILIBRIO ECOLÓGICO.
“El intercambio vital de los distintos elementos que habían acompañado a la especie humana en su largo camino evolutivo no podía ser ya sostenido. La acción del hombre contra el animal salvaje habíase desarrollado a lo largo del Paleolítico dentro de un marco y una relación depredador-presa perfectamente adecuada. El fruto de la balanza se hallaba precisamente en el punto donde el pensamiento del hombre se identificaba con el mecanismo ecológico, es decir, en le punto donde se reciclaba el proceso renovador de la vida.
Por el contrario, el hombre, forjador de civilizaciones urbanísticas, domesticador de animales y plantas, se transforma en cazador destructivo.
Rotos ya los nexos que unen al cazador con el marco vital, se inicia la ofensiva contra el medio”

R. Grande del Brío. Socio ecología de la caza. Madrid, 1982, p. 63.

[4] RANGEL-BERROCAL LUIS. EL ALTAR PRERROMANO DE CAPOTE. Ensayo etno-arqueológico de un ritual céltico en el suroeste peninsular.

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